Por Diego Feldman

Una historia de prevalencia de las que quedan grabadas a fuego en las páginas de la historia de la Liga del Rey. Así se podría describir la hazaña de Deportivo Interior que salió campeón a pesar de jugar dos partidos en menos de tres horas. Y no solo eso, le tocó jugar con el tercero y el segundo mejor ubicado en la Tabla Anual, por lo que esta prueba probablemente fue de las más difíciles de las que el Depor tuvo que pasar.

El primer obstáculo del día fue Parque Rodó. A las 8 de la mañana el calor no era tan asfixiante y las piernas estaban frescas. Quien saliera victorioso de este encuentro le tocaría jugar la final ante De Taquito, campeón del Intermedio y del Clausura. El León rojinegro demostró su madera de campeón y terminó venciendo al Rodense por 3-0. Ya pasada la primera tormenta, los jugadores se fueron a descansar, tomar agua y respirar a la sombra más cercana. Para el momento del pitazo final, el calor ya era otra cosa. El Teatro de los Sueños se convirtió en una caldera sofocante que exprimía hasta la última gota de sudor de los jugadores. Pero lo más difícil estaba por llegar. Tocaba jugar contra el último campeón, bajo el insufrible sol y después de casi una hora de un partido intenso. 

A pesar de estas adversidades, Deportivo Interior salió a la cancha y no pensaba hacerlo sin pelear hasta el último minuto. De Taquito llegaba más fresco y con una amplio plantel de jugadores, además de que su racha por liga era envidiable. Pero el Depor golpeó primero, y vaya si lo hizo, porque el primer toque de balón fue un terrible zapatazo de Brayn Muslera que no quiso jugar el balón hacia atrás y decidió en su lugar probar al arco. El shot pegó en el horizontal y se metió al fondo de la portería ante la confundida mirada del arquero. Desde el principio hasta el final, el partido fue una batalla de ida y vuelta, pero a Deportivo Interior la jugó como si no hubiera dejado la vida una hora antes producto de la motivación de jugar contra el rival que más dolores de cabeza le dio en el correr del año. De todas maneras, Gustavo Biurra empató el partido antes de que termine el primer tiempo con un excelente tiro penal.

El partido continuó con grandes sobresaltos, pero sin ventajas. Y bajo el tortuoso sol se definió al campeón de la temporada por penales. En ese momento el héroe de la mañana pasó a ser Leonardo Bazzi, arquero del Depor que detuvo dos penales y le dio el título de campeón de temporada. Un cierre épico que corona un año espectacular del equipo del interior.